Cambio de escena


Hace unos días renuncié al cargo de Coordinador Nacional de Teatro después de casi cinco años de ejercerlo. Fue una experiencia muy intensa, aprendí mucho, pero también me agoté y tuve la necesidad de dar el salto -vaya momento en el que se me ocurre- a la gestión como profesionista independiente. Mis mayores y mejores votos para que a Juan Meliá, nombrado hace unos días, le vaya de purititos peluches, se lo merece él y también el teatro del INBA.

Debido a un variado e intenso intercambio de correos electrónicos sobre esta renuncia, me parece oportuno aclarar que no tiene nada que ver con presupuestos, recortes o Compañía Nacional de Teatro, sino con lo señalado en el primer párrafo.

En noviembre, Saúl Meléndez y yo escribimos este diálogo para la revista Paso de gato. Con su autorización lo publico aquí y añado una frase final en las acotaciones: Al cabo de unas semanas, Y renuncia.

LA PARADOJA DEL PROMOTOR
Personajes X, Y, ambos promotores del arte escénico al servicio de una venerable institución.

Diálogo alrededor de una banca, una tarde de otoño, en un centro cultural de la Ciudad de México.

X- Mira, esta es una señal, tengo que preparar yo mismo un buen café y venir a esta banca a tomarlo. Hace más de un año que no tenemos cafetería en los teatros...
Y- Lo cual es una pena, un espacio así es necesario para encontrarse, para charlar. Bueno, ¿entonces?
X- Digo que está bien, que lo hagamos.
Y- Las condiciones no son las mejores, siempre se está dando la batalla para producir y difundir el teatro, cuando en apariencia ha disminuido su importancia en la sociedad. Ve el espacio cada vez menor que tienen las secciones de cultura en los periódicos.
X- Ya lo sé, es un acto de necedad, pero hay que seguir allí, es decir aquí.
Y- Recapitulemos entonces.
X- Primero, nos asumimos como coproductores y a veces, productores, no como exhibidores; orientamos e inducimos las distintas temporadas. Por lo tanto, encontremos un camino para trabajar con el nuevo sistema financiero del gobierno federal y sigamos con el proyecto de dar una vocación artística a cada uno de los teatros de acuerdo a su perfil.
Y- Bien, a mediano plazo eso tiene que derivar en el proyecto de dirección artística para cada recinto.
X- Pasemos entonces a lo siguiente: difusión y promoción.
Y- Primero que nada te propongo que separemos esos dos conceptos.
X- Difusión entonces. ¿A mayor difusión mayor público?
Y- Para nada. Mira, el director “N” reclama mayor difusión para su obra. Su vecino, el director “M”, con los mismos avisos de prensa y el mismo tiempo en cartelera, tiene teatro lleno.
X- Hay quien dice que el público abandonó los teatros hace años.
Y- No lo creo, tenemos espectadores de primer nivel. El espectador que llega aquí es culto, avezado, cuando hay concierto con los vecinos, heroico. Ha ocurrido que el caos citadino impida que llegue algún actor a la función, no así al público.
X-¿Sostienes que la difusión es efectiva, suficiente?
Y- Para nada, pero la difusión no lo es todo, las obras que exhibe la Institución se anuncian en una cartelera que se inserta en diversos medios entre jueves y domingo. Es el viejo modelo de “cartelera cultural” de los setentas, con la misión de posicionar más la imagen social que difundir una producción específica. Me parece, en cambio, que el segundo concepto que decías es el clave.
X- ¿La promoción?
Y- Claro, la tarea clave es la promoción de cada obra hacia consumidores culturales afines; público de especialistas para el ciclo de teatro germánico contemporáneo y de jóvenes universitarios para el Festival Otras Latitudes, en ambos casos, como viste, con salas llenas. El famoso “boca a boca” es un reguero de pólvora entre los distintos sectores.
X- Eres un creyente en la idea moderna del público diferenciado.
Y- Cada lunes, hacia mediodía, llega a la oficina el reporte de entradas que prepara la oficina de boletos, donde se registran número de espectadores, descuentos, boletos vendidos, ingresos en taquilla. En realidad es algo más: una radiografía del gusto que, como Pitágoras, no miente.
X- ¿Entonces? ¿Es un hecho? ¿Nos lanzamos a formar un equipo de promoción? ¿Y el presupuesto?
Y- No hay que inventar el agua tibia, formalizar un área de promoción no significa aumento de burocracia, sino replanteamiento de tareas y recursos humanos y materiales.
X-...
Y- Pareces dudar.
X- Pienso en la posibilidad real de preservar un movimiento teatral frágil inserto en un contexto administrativo que lo ahoga. Creo que mucha de la gestión ciudadana, basada en la horizontalidad y la transparencia, ha llegado con buena fortuna a distintos ámbitos de la vida social, pero ha tardado en llegar al medio cultural.
Y- ¿O sea?
X- Algunas de las obras que producimos no se originan por atender el gusto de un público culto, sino por presiones de la propia –y déjame utilizar la frase- comunidad artística.
Y- Eso suena a la “cargada priista”.
X- Pues es eso, a casi cien años se sigue esperando que la revolución haga justicia. Una buena parte de la presión que recibimos es la de los artistas que pugnan por exhibir una obra, no por el espectador interesado en un tipo de teatro.
Y- Justo por eso debemos dar un golpe de timón, no solo queremos programar y estrenar, sino contar con todas las butacas ocupadas . En esta oficina trabaja gente de teatro valiosa, dedicada amorosamente a su tarea. Y perdona lo cursi.
X- En muchos casos la percepción de la comunidad es otra: artistas frustrados o simples burócratas sin ningún interés en el teatro mexicano.
Y- Es entendible, una buena cantidad de creadores escénicos son terriblemente inseguros y aún necesitan identificar a los responsables de sus fracasos frente a la despiadada realidad de la ausencia de espectadores.
X- Muy cierto. Esa reacción me recuerda aquella clásica del director que te pide cualquier clase de ayuda para su proyecto -que el Fonca, Bancomer y todos los etcéteras no han querido apoyar- y poco después de recibirla se queja amargamente del escaso tiempo de ensayo en el teatro. Es algo que produce cierta ternura.
Y- Frente a todas estas circunstancias, cada área del quehacer teatral reacciona aisladamente buscando su utópica salvación.
X- ¿Puedes ejemplificarlo?
Y- Sin duda, piensa en el sector técnico de la propia Institución; un buen día aparece un artículo informando detalladamente sus percepciones y al otro te ves rodeado de carteles que piden tu cabeza y la de alguno que otro pájaro.
X- Ahora soy yo quien dice que eso es normal, se sienten amenazados en el ámbito familiar por la perspectiva de perder sus privilegios y entonces apelan al sindicalismo que los arropa.
Y- Sin embargo nadie parece darse cuenta que poco a poco se agota el ave ponedora de huevos dorados. Por otro lado te confieso que ese incidente me lastimó, sobre todo porque nadie de afuera alzó la voz para manifestar su apoyo, alguno que otro comentario por el teléfono, pero no son visibles...
X- Volviendo al punto, ¿le entramos?
Y- Pues le entramos, vayamos preparando un comunicado, definamos alcances y funciones del área de promoción. Los tres mosqueteros que la integrarían ya están más que listos.
X- Lo sé, que bueno. Oye, tengo que irme, debo acabar el informe que me pidieron. Cuando no es un concierto de Luis Miguel, siempre hay algo que complica la salida...
Y- Cierto, vámonos.

Un sonido fuerte de turbina, cae un avión ejecutivo. Olor a quemado, sonido de ambulancias.

Ignacio Escárcega
Saúl Meléndez

1 comentarios :: Cambio de escena

  1. Uy maestro!

    Quisiéramos hacer tantas cosas que nos quitaran este sentimiento de teatro de estadística gubernamental. Eso parecemos.