¿veinte años no es nada?



Veinte años de The Joshua Tree

Existe aún en el cuadrante de FM una estación que se llama Radio Universal, “tu gran compañera”, que se caracteriza por su repertorio sesentero y básicamente fresón de canciones en inglés. De los Everly Brothers a los Beatles, de Paul Anka a Elton John. De tanto en tanto han ido agregando “novedades”, como los Bee Gees o Barbra Streisand y desde luego es motivo de burlas hacia los conocidos que gustan de esos legendarios álbumes.

Pero la nostalgia es inclemente y la sonrisa irónica se me desdibujó del rostro cuando me di cuenta que el grupo The Police ya era parte del acervo, pero el colmo de los colmos fue descubrir que lo mismo ocurría con ¡U2! No es posible, pensé, y me puse a buscar el disco legendario de The Joshua Tree, para descubrir que sí lo tenía, pero en acetato, y que este año cumple veinte de haber sido grabado.

Ese tiempo le ha sentado de maravilla, la notable portada en verdad expresa un mundo sugerente, limpio, íntimo, cercano al blues, con varias rolas que la mercadotecnia abarata y que a pesar de ello resisten, otras de vuelos líricos, que dicen por ejemplo:

You gotta cry without weeping
talk without speaking
scream without raising your voice
you know I took the poison from the poison stream
then I floated outta here

Ahora, veinte años después, Bono se ha puesto unos kilos encima, apoya iniciativas a favor de países jodidos, regaña a Bush hijo y pasea de la mano con Penélope Cruz, mientras en algún taxi desprevenido, uno escucha Where the streets have no name.

2 comentarios :: ¿veinte años no es nada?

  1. Mi querido Nacho, reconozco que la tuya es nostalgia ilustrada y de la buena.
    Ya venía pensando en mi edad y, de repente y gracias a ti, me volvió a caer encima en esta lucha a dos de tres caídas con límite de tiempo (creo que estoy empezando la segunda).
    El resultado es una sensación de extemporaneidad; de estar, si bien lo que se dice no pasado de moda, a punto de estar en la sección de saldos (imagen también extemporánea, dado que ahora existen los "outlets", ¿así se escribe?).
    Lo que sí es que tenemos ventajas: quienes diseñaron las portadas de los discos de acetato que atesoramos, fueron mayores que nosotros.
    Por cierto, todos los discos que llegaron conmigo a los 47 años se los regalé a mi hijo de 20. Se le abrieron los ojos como platos, literalmente, al ver verdaderas reliquias del último cuarto del siglo pasado (cosas de estar vivos al principio de un nuevo siglo).
    Algo vivimos, escuchamos, miramos, atestiguamos, sentimos y leímos que valió la pena; U2 es una de ellas y, para mí, Pink Floyd.
    Ahora, verdaderos contemporáneos, no por jóvenes menos huevones, están atrás de un anuncio de vodka en el que la luna de convierte en esfera de espejos de antro o microbús para que el planeta se sumerja en un reven perpetuo.
    ¿Y el calentamiento global? Una luna así no sólo sería aburrida, sino letal.
    Ni modo, mejor me quedo con los Bee Gees.
    Saludos

  2. Hola, master de la nostalgia. Pues sí, sin duda que ha pasado el tiempo y las aguas turbulentas han corrido bajo los puentes, pero Universal "golden music" sigue como el pilón eveready, con la virtud de transportar al oyente al asiento trasero del recuerdo y en un instante, romperte la madre y los tímpanos con algún horror de Andrea true conection (actríz porno, que tuvo a bien pasear su palmito mientras hacía como que cantaba en el teatro ferrocarrilero).
    Te cuento que escuchar a Police en Universal es un golpe, pero saber que se han reunido y contemplan a méxico en su gira se vuelve devastador. Recuerdo el trabajo que me costó juntar el dinero y pagar los mil pesos del boleto, convencer a algunos cuates que no conocían a los inglesitos antecesores de Beckham, para acudir al hotel de méxico un sábado por la noche. Imevisión, el organizador, tuvo a bien montar el concierto en un salón de banquetes y colocar 100 mesas por lo menos, con vajilla y todo, listas para recibir a una banda de pachecos desaforados. Por si fuera poco, la tocada fué programada a las 9 y el grupo no salió hasta las 11, como no había teloneros, los meseros aprovecharon para servir a pasto el güisky, chela y vino kino al por mayor. Gran parte del personal se entregó al deporte de que martita les pagara en los baños que pronto se conviertieron en hornillas marroquíes. Los meseros sirvieron la cena, pero nadie los peló, el locutor de moda del canal 13 salió a anunciar que el Estado había decidido apoyar a la juventud y cubrir sus necesidades rockeras a través de eventos de gran calidad y remató anunciando el siguiente concierto con la presentación de.....¡Liiiindaaaa Caaaaaarter...la mujer maraviiiiilla! Las rechiflas y mentadas instantáneas, luego por fin, the police y todo mundo arriba de las sillas y luego, arriba de las mesas, patear la vajilla y bailar. mh....esto pasó hace 27 años...mejor no me quiero acordar y mucho menos ir a ver otro concierto de esos ingleses abuelos de la metrosexualía.
    Ciao.