Teatro y vida




Mi desarrollo profesional se ha dado en tres ámbitos del quehacer teatral, la docencia, la creación y la promoción cultural. Los dos primeros llevan relegados un buen tiempo por la naturaleza del tercero, que es muy amplio y demandante.

Durante algún tiempo me he preguntado ¿qué es lo que me mantiene dentro del teatro? y creo que un testimonio de la actriz Isabelle Huppert me ayuda a contestar: la sensación de riesgo, de peligro. Desde luego esa sensación es una joya de la corona y no puede uno con la frecuencia que quisiera tener tal experiencia como espectador, o más aún, propiciarla como productor.

Es importante decir que eso tiene un poco que ver con la saturación de oferta en la Ciudad de México, que puede ser endogámica y cruel: se hace teatro para la gente de teatro, no para público regular, ciudadanos de a pie. Desde luego, con honrosas excepciones del caso.

En cambio, en los Estados me he encontrado con teatro vigente, que sin ningún reparo establece con los espectadores, de igual a igual, ese vínculo natural del teatro, el diálogo.

1 comentarios :: Teatro y vida

  1. Dicen que no vemos las cosas como son, sino como somos. El artista se expone ahí donde otros renuncian.
    Cada director ya hizo el amor con su obra, no siempre seduce al espectador, creo que a veces, ni cercanamente es su objetivo.
    La necesidad de crear parece más cercana al tormento que al diálogo.
    No puedo imaginar un mundo sin diálogo, ni reflexión, pero menos aún lo imagino sin pasión.
    Lo que leo entre líneas, es su vocación humanista, pluralizando, educando, compartiendo.