Guerreros en El Cairo

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Película notable esa que realizó Walter Hill a finales de los setentas, Los guerreros, basada en la Anábasis de Jenofonte, el militar y filósofo que acude a una reunión en el otro lado de –aquel- mundo, Persia. El convocante, Cirus, muere y el tal encuentro no se celebra, obligando al difícil y peligroso regreso de los griegos. Hill los convierte en pandilleros neoyorkinos que deben realizar un retorno inverosímil del Bronx a Coney Island.

Ahora, con boleto de regreso, pero con el mismo ánimo épico, el grupo de teatro del Espacio Cultural Metropolitano de Tampico, apoyado también por el Gobierno de Tamaulipas, acude al XXI Festival Internacional de Teatro Experimental de El Cairo, con su montaje de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, dirigido por Sandra Muñoz, mismo que se ha presentado ya en diversos espacios en el país, incluida la pasada Muestra Nacional de Teatro.

La puesta en escena da cuenta, sobre todo, de la consolidación de un grupo de trabajo muy joven, disciplinado y riguroso, que se encuentra aún en la búsqueda del verdadero alcance expresivo individual. El colectivo ya lo tienen, trabajan para el otro, lo cuidan, le exigen, la transpiración ha sido su vía para la inspiración. Lorca les ha ayudado a las mil maravillas, la obra se cuenta bien, la conversión genérica en la mayoría de las mujeres, que son interpretadas por hombres, no distrae de la intención del texto, bien acordonada por los ángulos extremos del espacio escénico y el mobiliario. El movimiento escénico fluye con suavidad o trepidación en los mejores momentos como provocador de emociones, así el conflicto no tiene pierde para mostrarse: una musculosa Bernarda de 1.80 frente a una corrosiva Adela de 1.50.

La profesora-entrenadora-directora mete las manos al fuego en cada sesión de trabajo, ella misma hace los ejercicios preexpresivos. Con suavidad de sargento, Sandra ha dado herramientas conceptuales y técnicas accesibles para el grupo, que requieren de ellos una gran responsabilidad, trabajan para la escena y en ella se manifiestan. Egresada de la carrera de teatro de Filosofía y Letras de la UNAM y profesora adjunta un par de años en la ENAT del INBA, Muñoz ha encontrado en su querencia de Tampico un camino muy pertinente de creatividad y formación.

Ese Festival de El Cairo tiene la importancia, básicamente, de convocar a un número muy numeroso de países y grupos, habrá de todo, pero me queda claro que esta Bernarda del Golfo va a dar una grata impresión con su propuesta artística y que la Anábasis de estos jóvenes tamaulipecos al delta del Nilo los va a acercar más a la profesión teatral, para beneficio de su comunidad y espacio de trabajo.

La foto de arriba, por cierto, es de Miguel Angel Camero.