Rigor del aperitivo

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“Comenzar es lo difícil”, suelen decir los consejeros de todos los tiempos al referirse a la importancia de dar el primer paso en una actividad que por lo visto puede ser complicada y agotadora. Sin embargo, a veces puede ser placentera, como la comida.

En la mesa ese primer paso lleva por nombre aperitivo y no se da con resignación, sino con júbilo y puede ser una ceremonia que anuncia el mismo acto de sentarse. La versión “salvaje” es la que suele tomarse en una cantina, un trago preparado en un vaso largo con un kilo de hielos, a través del cual transcurren las más irritantes botanas y platillos.

El aperitivo que honra su nombre se sirve derecho, frío de preferencia, seco y traslúcido, como anticipando que no hay engaños ni simulación en la mesa. Puede ser tan lubricante de la conversación que posterga a la eternidad el inicio de los alimentos y estar siempre al alcance de la mano. No en balde los andaluces son los creadores del mejor aperitivo del planeta, el jerez fino.

Por los alimentos que se han preparado, pero sobre todo por la compañía, el aperitivo inicia un territorio de promesas.

Imágenes de Teatro Escolar

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Mis experiencias como escolar en el teatro fueron pocas y escasas, dos en realidad. Una fue la adaptación teatral del Principito y sólo recuerdo que era poco verosímil y aburrida. La otra ocurrió en quinto de primaria, nos llevaron al teatro Orientación a ver una obra de un actor y productor conocido como “El zapatero remendón”. Era una obra de ambiente galáctico, con actores y actrices vestidos de plástico plateado que recorrían durante algunos momentos del espectáculo los pasillos del teatro, supongo que para animar a los niños espectadores.

En mi grupo había varios cuya edad y aspecto era casi de universitarios y en uno de los recorridos, uno de ellos le faltó al respeto a una de las actrices supersónicas, algo le dijo o le hizo o ambas. El “zapatero remendón” detuvo la función y regañó a todo el teatro por haber perdido ya el valor fundamental de la inocencia, mientras la actriz, con una minifalda que por supuesto recuerdo, lloraba a su lado.

Menciono esto porque aunque el país se vino abajo, hubo crisis económica, naufragio de credibilidad en el Estado y en la selección mexicana, la verdad es que ahora se hace mucho más y mejor teatro para niños y a veces, se programa en circuitos de teatro escolar. He visto varias que, para decirlo pronto, me han conmovido.

El espectáculo de ver un teatro lleno de escolares que disfrutan una obra divertida y bien hecha, es irrepetible.